lunes, febrero 27, 2006

DOCUMENTO PROGRESISTA DE PEÑAFLOR

¡TENEMOS QUE VOLVER A SER EL PARTIDO DE LA ESPERANZA!


INTRODUCCIÓN

El presente documento está concebido como una herramienta de discusión al interior de la DC. Su principal objetivo es encausar y motivar los diversos tópicos de un debate que, por la complejidad de ellos, requieren un tratamiento exhaustivo.

No pretendemos agotar la discusión en este documento. De lo que se trata es de fijar ciertos “criterios convocantes” de un discurso progresista al interior de la Democracia Cristiana, criterios que deben ser enriquecidos, profundizados y complementados junto a un proceso participativo y de consolidación de un movimiento progresista.

Este documento de reflexión y de confrontación de ideas invita a concluir compromisos claros y explícitos, de manera tal que la voz que emane desde la localidad de Peñaflor se irradie por todos los rincones del país, gritando que aquí estamos para no quedarnos conformes con el país en que vivimos, para no quedarnos conformes con nuestra propia conducta, para no quedarnos conformes con lo establecido, para sólo conformarnos en la construcción de una sociedad libre, justa y solidaria.

Por último, queremos hacer nuestro el Credo expresado por don Renán Fuentealba Moena:

· Creo en la persona humana, en su dignidad y trascendencia;
· Creo en el respeto a sus derechos esenciales
· Creo en la dignidad del trabajo como acto humano inseparable de la persona del trabajador;
· Creo en el imperio de la moral sobre los intereses materiales
· Creo en la primacía del bien común sobre el individual;
· Creo en que la economía debe estar al servicio del hombre y no éste de aquella;
· Creo en la paz universal basada en la justicia, la verdad y el amor;
· Creo en el Partido Demócrata Cristiano como fuerza de cambio para construir una sociedad más justa, fraterna y solidaria



¿QUÉ LE DECIMOS AL PAÍS?

Que creemos en la persona humana libre, cuya libertad sólo se puede expresar viviendo en sociedad, comprometido con esta.

Que creemos en el compromiso irrestricto por la defensa y promoción de los derechos que emanan de la persona humana, concebiéndola como el verdadero soberano.

Que aspiramos a la transformación de las conciencias y de las conductas, rompiendo con los grados de individualismo y descompromiso social, y que en esta “revolución de las conciencias” el testimonio empiece por nosotros mismos.

Que reconocemos en el modelo de desarrollo vigente en Chile un sistema que tiende a la concentración de poder y la exclusión, principalmente emanado desde el poder económico y la injusta distribución del poder político. Ello se traduce en la atomización de las decisiones, en pequeños espacios públicos y cúpulas políticas, lo cual constituye un obstáculo primordial en la construcción de un Chile justo y democrático, y genera debilitamiento de las facultades de la sociedad civil para crear y participar.

Que aspiramos a la descentralización del poder en todas sus formas y que, a través de un proceso eficaz y responsable, se vayan generando las bases para que sea el hombre libre en sociedad, en su condición de persona y ciudadano el verdadero protagonista de la construcción colectiva del futuro.

Que nos sentimos disconformes con el modelo económico y social que predomina en el mundo contemporáneo y en nuestro país. Que el neoliberalismo no constituye, ni remotamente, una respuesta humanista cristiana a la persona de hoy.

Que nos declaramos contrarios al modelo político institucional. Creemos que no sólo basta con terminar con los llamados “enclaves autoritarios” sino con toda traba u obstáculo que impida una real participación ciudadana; reconocemos, con ello, que dentro del actual modelo impera el escenario del “empate político” que inmoviliza las instituciones. Por ello, aspiramos a su reforma, avanzando hacia un modelo político constitucional que nos permita acceder a una democracia plena y realizar las transformaciones a las cuales aspiramos como Partido.

Que nos comprometemos con la Democracia como valor que inspira nuestra política cotidiana, como instrumento de organización social y como mecanismo de solución de conflictos.

Que asumimos que el Estado se debe orientar al bien común y al respeto de la dignidad humana. Impulsamos un concepto de Estado que promueva la justicia, la ampliación de las libertades y el desarrollo sustentable. Asimismo, consideramos que, instrumentalmente, el Estado debe ser eficiente y eficaz en la solución de los problemas de la gente y en ser la instancia que busca el bien común.

Que creemos en un Estado que promocione y potencie la capacidad creadora de los grupos sociales, concibiendo el bien común no como un rol que depende exclusivamente del Estado, sino que es un proceso de movilización social.

Que nos comprometemos en el fortalecimiento de las organizaciones sociales para que participen en la construcción de un modelo de desarrollo. A través de ello, asumimos la necesidad de que estas organizaciones sean útiles, participativas y efectivamente comprometidas con los intereses de sus representados, para lo cual es necesario reconocer las distintas expresiones organizacionales actuales y emergentes.

Que creemos en la cultura como expresión del alma humana, y la soñamos solidaria, creativa, pluralista, tolerante, justa y reactivadora de las ilusiones del ser humano.



¿QUÉ LE DECIMOS AL PARTIDO?

Que la Democracia Cristiana debe ser un instrumento de transformación social y de acción política, heredero de una vocación por el cambio que inspiró a nuestros fundadores y que nuestro compromiso es para que sea un instrumento eficaz de cambio social, reafirmando la ética general del respeto irrestricto de los derechos humanos, ya que en estos valores converge la acción política.

Que reconocemos "la crisis de la representatividad” en la sociedad política contemporánea y que en ella los partidos políticos deben adecuarse a las nuevas formas de expresión ciudadana. De eso surge la imperiosa necesidad de abocarse a un proceso de reforma partidaria que ponga nuestra colectividad a la altura de los desafíos de hoy.

Que creemos en la fraternidad al interior de la Democracia Cristiana basada en principios como el respeto mutuo, la franqueza y la honestidad, y que concebimos la participación como un deber y también como un derecho militante, reafirmando la identidad demócrata cristiana que concilia los valores de lealtad, fraternidad y solidaridad.

Que en este marco, reivindicamos la discusión y la discrepancia política entre nosotros, pues, llevada en un marco de lealtad y tolerancia, contribuye a la vitalidad y dinamismo del Partido.

Que creemos en la legitimidad de la Concertación de Partidos por la Democracia como una alianza política que ha dado una mayoría coherente y que ha permitido gobiernos de transformaciones básicas, por lo cual ratificamos la lealtad de nuestro Partido con nuestros aliados de la Concertación. Ello, puesto que la Concertación se presenta como un referente que posibilita alcanzar el bien común y dar lo mejor de nosotros al país, pero que también esta obligado a ejercer realmente un rol democrático, debiendo fortalecer su vocación de diálogo con la ciudadanía.

Que en el gobierno de la Concertación se debe enfatizar, a través de su programa, la voluntad de cambio que anhela la mayoría de los chilenos haciéndonos cargo de sus demandas por mayores niveles de libertad y justicia social.

Que aspiramos a un Partido de militantes políticos comprometidos en la construcción de una sociedad basada en los principios del humanismo cristiano. Por lo tanto queremos y lucharemos por un P.D.C. unido; creemos que sólo hay una manera de permanecer unidos, cual es, avanzar unidos.


¿QUÉ NOS DECIMOS... A NOSOTROS MISMOS?

Que nos une un sentimiento, una forma cultural de ver y hacer la política y valores que orientan nuestra acción política, a los cuales hemos llamado progresismo. En esto debe considerarse que:
· La convergencia del progresismo debe ser más amplia de los que estamos representados en este Encuentro.
· El progresismo debe tener una postura que no tienda a la polarización y excesiva ideologización para no permitir el enfrentamiento y división.
· El progresismo debe tener la capacidad de adaptación al cambio, buscando respuestas a las permanentes inquietudes que se presentan en nuestra vida cotidiana.

Que aspiramos lealmente al poder formal al interior del P.D.C., nos reconocemos y planteamos como alternativa de conducción al interior de la Democracia Cristiana y que nuestra estrategia debe ser construida en un proceso que sea participativo y con criterio de viabilidad política.

Que nos comprometemos a un proceso de convergencia de lo que tradicionalmente hemos llamado los sectores progresistas y de todos los camaradas de buena voluntad que quieran ser parte de este movimiento en un ambiente de solidaridad y respeto mutuo reivindicando las tendencias internas sobre la base de ideas y contenidos, expresados con lealtad y tolerancia.

Que comprometemos nuestras voluntades a generar las condiciones para un proceso participativo, de carácter nacional y de madurez política en torno a una convergencia progresista, aplicando un estilo de trabajo y mecanismos de comunicación acordes con nuestros principios, por sobre intereses y legítimas ambiciones personales.

Que aspiramos que este proceso, por sobre cualquier otro objetivo, implique una contribución a la renovación y actualización de contenidos y propuestas que el PDC debe formular al país.


Peñaflor, 30 de Enero de 1999./


Fraternalmente,

TALLER DE CONVERGENCIA PROGRESISTA

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