lunes, marzo 08, 2010

Acuerdo Marco de la Democracia Cristiana por la Refundación del Partido y la Reconstrucción Nacional

Frente a los próximos procesos políticos que vivirá el país y en particular frente al rol que deberá jugar la Democracia Cristiana en dichos procesos, considerando las consecuencias del cataclismo vivido el 27 de febrero, se debe definir un conjunto de acuerdos que configuren un marco estratégico que permita enfrentar el nuevo escenario del país y la renovación de la estructura partidaria del PDC, con la convicción de que se abre un nuevo ciclo político para la Democracia Cristiana y nuevos desafíos para el país. Dicho acuerdo marco implica:


1. Frente al proceso electoral pendiente en el PDC se debe elegir en el primer semestre del 2010 una Mesa Nacional de carácter transitoria que recoja el espíritu de un proceso de refundación del PDC, con un mandato político preciso y transparente, el cual se manifiesta en el presente acuerdo marco y una actitud de desarrollar propuestas e iniciativas en la reconstrucción del país, después del terremoto y maremoto.

2. Se deben asumir, difundir, promover, implementar y profundizar los acuerdos del V Congreso Ideológico y Programático del PDC, no tan sólo en sus resoluciones de fondo, sino que en sus acuerdos programáticos, los cuales implican una carta de navegación para la Democracia Cristiana.

3. Frente al próximo gobierno de la derecha chilena, el PDC se define claramente como un partido político de oposición y desde dicho rol – asumido como un rol de oposición en el que nos instaló la misma ciudadanía – ejercer clara y responsablemente el rol de fiscalización de las autoridades de la derecha, de defensa de los derechos ganados por los pueblos de Chile – especialmente los derechos que puedan ser vulnerados bajo la excusas del cataclismo del 27 de febrero recién pasado -, de colaboración en las medidas que digan relación con la reconstrucción nacional y de elaboración de una alternativa de gobierno para el año 2014.

4. Profundizar una reflexión y análisis de las transformaciones y proyecciones de los gobiernos de la Concertación de Partidos por la Democracia. Esta reflexión y análisis debe realizarse en una triple dimensión. En primer término, asumir la autocrítica por los errores y desaciertos cometidos, asumiendo nuestras responsabilidades en dichos errores, desde el momento del compromiso que adquirimos, como Democracia Cristiana, la misma noche del 05 de octubre de 1988. En segundo término, valorar los avances y logros obtenidos con nuestra participación en la coalición de gobierno más exitosa de la época republicana de Chile. En tercer término, señalar y, consecuentemente pedir perdón, por las transformaciones que no fuimos capaces de implementar estando en el gobierno, especialmente las que ha desnudado el último terremoto. Sólo una reflexión en esta triple dimensión permitirá producir un análisis que nos sirva para reafirmar nuestros principios y renovar nuestras propuestas para responder a los nuevos desafíos.

5. Definir un cronograma de Refundación del PDC que involucre un profundo cambio del Estatuto del Partido, una redefinición del rol del militante, una revisión de los padrones electorales de la DC y la elección de autoridades -en carácter de transitorias-, de las estructuras comunales, provinciales, regionales y nacionales que conduzcan el cronograma de Refundación del PDC y colaboren en la reconstrucción nacional. Dicho cronograma no podrá ser superior a 9 meses.

6. Generar las condiciones políticas para el diseño, coordinación, implementación y definición de una nueva coalición política que recoja la “unidad política y social de los pueblos de Chile, en un nuevo conglomerado que represente la nueva diversidad política y social del Chile del Bicentenario”. Dicho conglomerado no puede ser simplemente el cambio de nombre de la Concertación y debe tener la capacidad de convocar y acoger a los más diversos actores sociales y culturales del país con una orgánica democrática, participativa, convocante y generada desde las bases del tejido político y social de Chile, que se plantee como una alternativa de gobierno para el año 2014.

7. La DC se debe plantear en “Estado de Diálogo” el cual implica iniciar un proceso de profundización de diálogos comunitarios con los diversos pueblos de Chile. Se requiere que este sea un proceso de escuchar lo que nos tengan que decir, de sistematización, de diálogo fructífero y, finalmente, de definiciones de un relato y propuesta en un proceso de permanente comunicación e intercambio con los más diversos actores políticos, sociales, culturales, locales, religiosos, étnicos, de género, etáreos, geográficos de la sociedad chilena. Dicho “Estado de Diálogo” deberá concluir con una Carta de compromiso de la Democracia Cristiana con los pueblos de Chile.

8. Iniciar un itinerario que genere responsabilidades, procesos y estrategias en la preparación de liderazgos locales, los cuales permitan posicionar a la Democracia Cristiana frente a los desafíos de las elecciones municipales del 2012, concientes de que las redes locales, comunitarias y sociales son insustituible y necesarias para la recuperación de Chile.

9. Diseñar y colaborar en la implementación de un Plan de Reconstrucción Nacional que tenga presente a los más desposeídos y damnificados por el último cataclismos, que no se vulneren los derechos y avances de los chilenos y cuyo principal eje de financiamiento sea la renacionalización del cobre que permita contar con los recursos necesarios para dicho plan. Bajo ese marco estar disponible en la colaboración con el gobierno de la derecha política chilena. En conjunto con lo anterior generar equipos de trabajo que colaboren en las diversas líneas de acción del Plan de Reconstrucción Nacional.

Leonel Sánchez Jorquera